No paraba de aseverar «5 minutos más», y así he pasado 20 horas con su logística de ciencia ficción. Tempest Rising llega para quedarse, descomposición – Tempest Rising

Ha llovido muchísimo desde la vida de oro de los RTS al estilo Command & Conquer. Eso sí, si correctamente es cierto que la clan de Electronic Arts en sus inicios me pilló demasiado adolescente como para jugarlos al momento de salir, tengo cierta nostalgia por una época que viví de refilón, cuando la logística era más simple, sin desmerecer la épica y el buen hacer de sus autores en materia de estadísticas, facciones y su tirabuzón jugable tan adictivo. Por ello, juegos como Tempest Rising son tan bienvenidos hoy en día, y lo mejor es que este distracción en concreto ha sido capaz de hacerme cambiar de opinión: lo que en su primera traducción beta entreví como nostalgia y cero más, escondía dos campañas mi ideas quemarse originales que me han hecho valorarlo aún más.

Ya desde sus primeras imágenes, Tempest Rising evocaba inevitablemente el espíritu de Command & Conquer. No es casualidad. Sus desarrolladores han agradecido esa inspiración sin tapujos, y todo, desde la interfaz hasta las su apego por la narración cinemática, bebe de la fuente de Westwood Studios. En un momento donde la logística en tiempo efectivo lucha por recuperar su puesto en la cima del distracción de azarla dupla de Slipgate Ironworks y 2B Games llega con un homenaje nuevo a los clásicos de los 90 bajo el extremidad, que promete lo que muchos veteranos llevan abriles pidiendo: un RTS con alma, sin mucho músculo tácticopero con una ambientación que atrapa desde el primer clic. ¿Estamos en presencia de el regreso triunfal del especie?

Ciencia ficción bélica de la buena, de la que no te crees

Como he citado, ya probé Tempest Rising hace al punto que unos meses con una traducción preliminar que nos dio acercamiento al modo refriegauna de las tres modalidades cercano al modo campaña y el modo online del distracción. Si correctamente es cierto que aquella prueba me permitió degustar su pedestal temático, aún tenía mucho que demostrar; y lo hace con dos modos campaña divertidísimos. Sé que en los juegos de logística los «modos historia» son poco secundario. No digo que sean malos o innecesarios —Dawn of War o Age of Mythology me dejan claro lo contrario—, pero lo bueno o malo que sea su jugabilidad definirá un RTS hasta sus últimas consecuencias. Ahora, cuando los astros se alinean y tienes un buen modo campaña y una iteración jugable de primer niveltodo entra como mantequilla.

Tempest Rising 13
Tempest Rising 13

Tempest Rising juega correctamente sus cartas con sus mapas: entran por los luceros y están correctamente diseñados

En este caso, y sin perder el finalidad de Command and Conquer, nos situamos en un mundo devastado por la eliminación —cómo no—, donde en los 80, en plena Refriega Fría, sucedió una catástrofe nuclear que dio paso a la invasión de una flora marciano señal Tempest. Con su buenísima dosis de ciencia ficción y su épica ciertamente pro-belicista y autoritaria, casi emulando a Warhammer 40k en según qué aspectos, la idea de Tempest Rising es exceder 11 misiones por cada una de las dos campañas: una dirigida por la Dinastía Tempestuna partida que abrazó la flora marciano para mejorar a sus soldados, y la Gdfo el orden en términos puramente morales.

Tempest Rising te propone exceder 11 misiones por cada una de las dos campañas disponibles

Lo mejor de todo es que Tempest Rising es capaz de ser tremendamente atractivo con lo que propone. Con un buen despliegue visual y unas cinemáticas correctamente cuidadas que presentan la movimiento, hacía tiempo que un distracción no me mantenía pegado a la pantalla viendo en qué demencia bélica me lanzarán posteriormente, pero Slipgate Ironworks y 2B Games lo han conseguido.

Tempest Rising 6
Tempest Rising 6

Las cinemáticas iniciales son de primer nivel, seguidas por pequeños vídeos ‘in game’ que nos llevan de la mano tarea tras tarea

De nuevo, los dos equipos no reinventan la rueda en términos narrativos, pero hay mucho de innovador, de inquietante y de, otra vez, similar a la ficción de Games Workshop, que deja un regusto extraordinariamente positivo a un modo campaña que fácilmente nos tendrá ocupados 10 horas, si no más, dependiendo de lo que tardemos en cumplir sus misiones. Sin incautación, es la mejor forma de examinar Tempest Rising en una primera envés, y la más satisfactoria.

Nunca esperé volver a esta obra maestra de la estrategia con un nuevo juego, pero lo que ha conseguido Commandos Origins es tanto clásico como renovador. Análisis

Con un plano innovador por cada tarea Y hasta cuatro biomas disponiblestodo —desde la ambientación hasta sus detallitos narrativos—, y la sensación de necesidad de una carrera armamentística que está llegando a una nueva cota, se siente interesante y, lo mejor de todo, divertido de pugnar. Gran parte del mérito es de Unreal Engine 5 y de un despliegue primoroso y visual más realista que de costumbre, abrazando el pesimismo belicoso y la ciencia ficción retro y fanfarrona. Eso sí —y quizá venga cubo por el motor de Epic Games—, aunque Tempest Rising Works Fluidlas cinemáticas, extrañamente, sufren importantes caídas de FPS por debajo de lo sensato (30 FPS); aunque puede que sean pantallas de carga de sombreadores encubiertas para no retrasar la movimiento.

El pedestal de los RTS: buena administración, pero yerro de alma táctica

Con los RTS al estilo Command and Conquer siempre he tenido un problema puramente personal: su logística masiva, dejando de costado los componentes tácticos, se me torna poco menos interesante que aquellos RTS tácticos. De nuevo, es poco que nace de mí, y aunque creo que Tempest Rising podría sobrevenir despuntado igual de correctamente con un enfoque más cercano a Company of Heroes o World in Conflict —pensados para sacar pecho de la administración de pocas unidades y los comandos para coberturas o formaciones de despliegue—, no puedo desmentir que Slipgate Ironworks y 2B Games han trabajado con adens en su propuesta.

Tempest Rising 4
Tempest Rising 4

Me habría gustado un toque táctico, con formaciones y coberturas

En este apartado, Tempest Rising es un distracción que no esconde sus cartas: quiere que pienses rápidoque te levantes si te pegan y asumas su ritmo intenso como una constante. Es habitual sentirse abrumado en según qué situaciones, sobre todo cuando has perdido uno de los sectores del plano, pero hay un buen engranaje bajo el capó. Cada partida dispone de doctrinas —árboles de mejoras— que permiten personalizar el estilo de distracción. Esto da pie a partidas dinámicas en las que cada enfrentamiento puede ponerse al día de forma distinta, poco que se nota sobre todo en el modo refriega, donde la privilegio de movimiento es mucho más deducción que en un entorno encorsetado como el de la campaña.

En Tempest Rising la GDF y la Tempest Dynasty se gestionan de forma distinta

Claro está, las bases de los RTS no se diluyen ni se trastocan en ilimitado. Tendremos que administrar nuestra colchoneta —o bases— a lo grande y encantado del plano mientras conseguimos capital, administramos la energía de nuestras máquinas y mantenemos activa la producción de unidades. Lo mejor es que, al contrario que en otros RTS donde el ciclo jugable implica hacer lo mismo que la partida contraria solo que con una estética diferente y unidades diversas, a más de unas doctrinas -Y árbol de mejoramiento propiamente dicho— que mejoran aspectos como la monasterio, la sanidad o la adquisición de capital, en Tempest Rising la Gdf y la Dinastía Tempest se gestionan de forma distinta. Adicionalmente, y aún habiendo solo dos facciones jugables, hay una buena variedad de unidades disponibles y una tercera partida, Vas aque por ahora no son jugables pero ya rondan por el distracción de cara a próximas actualizaciones.

Tempestad Rising 1
Tempestad Rising 1

Las doctrinas son diferentes según la partida, con la GDF pensando en el uso de armamento puntero y la Tempest Dynasty en la mejoramiento de soldados

En el caso de los más autoritarios —y últimos mencionados—, la Tempest Dynasty necesita de la monasterio de Tempest para continuar. No es solo que esta sea la forma de conseguir capital para seguir gestionando su entramado belicoso, sino que es la colchoneta misma de muchas de sus habilidades. Hay unidades capaces de activar un aumentar de energía para resistir a los objetivos más rápido, pero dichos soldados solo estarán disponibles en colchoneta a la monasterio de esta flora marciano. Esto hace que Tempest Rising funcione a varias capas, donde —sin ser ninguna de ellas muy profunda—, la idea es aceptar un control intensivo de la administración de capital en varios frentes y aspectos, cada uno con sus requisitos de energía, vehículos o capital.

La GDF remuneración la exploración y el enfrentamiento con el enemigo

Por otro costado, la Gdf actúa como un ejército móvil. Hablamos de una coalición marcial convencional con una robusto carga tecnológica, pero que no depende del Tempest. Sobre el papel, siendo más avanzados, deberían ser más poderosos, y si correctamente es así, sus micción energéticas y de capital son mayores. Sin incautación, esta partida se mueve en un circunscripción diferente: el de la monasterio de Intelu objetos de inteligencia, un concepto que remuneración la exploración y el enfrentamiento con el enemigo. De ahí que en mi primera campaña con la Tempest Dynasty no parase de ver pequeños escuadrones atacando aun en minoría, lo que demuestra que Slipgate Ironworks y 2B Games han hecho los deberes en términos puramente técnicos.

Tempest Rising
Tempest Rising

En más de 20 horas de distraccióncon las dos campañas completadas y una buena inventario de partidas de refriega —que no ganadas, ojo—, al punto que he conocido problemas a la hora de administrar una u otra partida; siquiera a la hora de combatir con una u otra. Con pequeños flecos a pulir en términos de estadísticas, por otra parte de una cierta yerro de variedad en los edificios, creo que los dos estudios pueden solventar sus pequeños errores con ciertas actualizaciones. Aun así, quizá el aspecto más importante a tener en cuenta por la dupla creativa es su Iowa. No es mala, pero sí vagagundocon momentos puntuales donde actúa con cierta autonomía, gestionando poco mal el ciclo de comandos.

Tempest Rising no tráfico de reinventar la rueda. Su objetivo es otro: recuperar la esencia del especie con respeto y avidez, aprovechando lo aprendido durante décadas. En un tiempo donde los juegos como servicio dominan la espectáculo, esta propuesta parece un soplo de ventarrón fresco para quienes buscan partidas cerradas, tensas y llenas de decisiones críticas.

Comprar tempestia ascendiente

  • Quería ser solo un sucesor de Command and Conquer, pero es más.

  • Su modo historia, sin cero que añadir nuevo, es súper disfrutable.

  • Slipgate Ironworks ha trabajado correctamente el sistema de misiones, administración y unidades.

  • Visualmente es espectacular, con un diseño de personajes y mundo de primera.

  • Tiene algunos errores menores en la IA o en la estabilidad fácilmente subsanables.

Jugadores: 1-4

Idioma: Textos en castellano y voces en inglés

Duración: Incalculable

Ver Tempest Rising Hoo

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *