Es muy probable que desde la puesta en circulación del vídeo hace unos días, en algún momento te hayas detenido a medio camino entre el asombro y la risa al escuchar a estas dos hermanas gemelas idénticas que, con su particular acento australiano, explican cómo fueron testigos del intento de robo de un transporte. La mensaje en sí no tarda en convertirse en lo de menos. El cómo lo explican hablando de forma sincronizada se convierte en el chorizo más impresionante de su historia robando toda tu atención.
El vídeo de las gemelas hablando a la vez, compartido en las redes habitualesno ha tardado en despertar todo tipo de mensajes, desde quienes se quedan alucinados al comprobar cómo estas dos mujeres pueden dialogar prácticamente a la vez repitiendo el mismo discurso, hasta quienes ven en ello una suerte de representación ensayada o leída que explicaría el cómo y el por qué lo hacen. La psicología que ha estudiado este tipo de comportamientos entre botones idénticosen cambio, es una fuente mucho más fiable.
Falta puede prepararte para la entrevista de estas dos gemelas
Acullá de ser una performance destinada a gritar la atención y vencer su minuto de delicia, aunque en verdad ya eran famosas en Australia antiguamente de todo esto, la esencia para entender este engendro está en retener separar a los botones entre idénticos y fraternos. Mientras que estos últimos proceden de dos óvulos separados y fertilizados por diferentes espermatozoides como cualquier otra pareja de hermanos, en el caso de los botones idénticos estamos en presencia de un mismo óvulo fertilizado que se divide en dos embriones con el mismo ADN.
La idea de la telepatía entre botones es, como ya habrás imaginado, pura ciencia ficción. Sin secuestro, ese mismo ADN implica que las similitudes genéticas entre entreambos apunten a una misma personalidad, temperamento o incluso intereses. Ese cóctel, motivado igualmente por conducirse una experiencia muy similar, a menudo con la particularidad de que la concurrencia se relacione con estos botones como un único individuo, termina provocando un vínculo mucho más esforzado que el que vemos en otros hermanos o botones fraternos.
La esencia detrás de esa imitación constante se traduce en lo que se ha transmitido a conocer como botones espejo. Hermanos tan conectados entre ellos que de forma inconsciente empiezan a reflejarse en la forma de vestir o dialogar como si estuviesen en presencia de su propio reflexivo. Sumado al nivel de comprensión que tienen entre ellos, conversaciones como la audiencia en el vídeo se reproducen por puro instinto: «Hemos intentado dialogar por separado, pero no somos nosotras, no es lo mismo».
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