A finales de 2023 una influencer publicó un vídeo devorando internamente de su coche las mejores especialidades de chocolate que había enfrentado en Dubái. Como si fuese la primera cuarto de un inesperado intención dominó, los 124 millones de visitas que ha remolcado la degustación ha creado un cisma internacional que ha salpicado especialmente a Iránpero para proporcionadamente.
La esencia está en que una de las tabletas de chocolate terminó arrastrando toda la atención. Con una mezcla de chocolate con goma, pasta kataifi y crema de pistachoel impactante verde de ese postrero ingrediente consiguió que la parentela empezase a obsesionarse con la mezcla. La marca detrás de la tableta creció de 2 a 20 empleados, y el vírico del vídeo hizo que el resto de empresas no quisieran quedarse detrás.
La foodie que desestabilizó el mercado del pistacho
Marcas internacionales empezaron a propalar sus propias versiones, supermercados como Lidl se sumaron a la moda lanzando incluso tabletas similares, y entre un vídeo vírico y otro el precio del pistacho se disparó. Lo que durante los últimos primaveras se vendía a unos 7,65 dólares la libra, ahora ha subido hasta los 10,30 dólares.
Frente a la mala producción de pistacho de Estados Unidos, uno de los principales productores, el mercado de la segunda fuente de pistacho del planeta se está haciendo de oro. Irán ha exportado a los Emiratos Árabes Unidos en los últimos seis meses un 40% más de lo que envió en todo el año pasado, pero la demanda ya ha sobrepasado la capacidad de producción.

Pero no es sólo un problema de ese banda del mundo. Las tabletas originales del chocolate de Dubáique ya en su momento alcanzaban los 18 dólares la cuarto, saltaron a unos mucho más accesibles 5 euros en supermercados como Lidl y Primaprix, generando con la fiebre colas, empujones y una surrealista escasez que se ha traducido en lo de siempre.
Lo que apuntaba a ser una lectura asequible del chocolate de pistacho de Dubái se ha convertido en una reventa en páginas como Vinted en la que las tabletas de Lidl se venden hasta por más de 60 euros. Que las tiendas estén empezando a racionar cuántas piezas de chocolate pueden venderse por persona da buena cuenta de hasta qué punto el asunto se nos ha ido de las manos.
Imagen | Nicorama A mediados de la parrilla
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