Es tan simple como parece: un conejo blanco de orejas caídas y una vida sencilla en el campo se ha colado en los corazones de miles de personas cerca de del mundo. Se fogata Tsukiy su historia es una oda a la tranquilidad, la rutina y el escapismo digital. La Odisea de Tsuki (Tsuki’s Odyssey) es un repertorio para móviles que se ha convertido en un aberración inesperado. Su éxito se basamento en todo lo contrario a lo que suele funcionar en el mercado móvil: solo están Tsuki y su mundo.
Este pequeño universo rural, de estética sencilla y personajes adorables, llegó a lo más suspensión de las listas de descargas en 2024, aunque su historia comenzó congruo antiguamente. En verdad, Tsuki’s Odyssey podría considerarse un poco como continuación de Tsuki’s Adventure, creado por Hiperbearun estudio mexicano conocido por otros juegos como KleptoCats o Chichens. Aquel primer repertorio ya conquistó a una comunidad de jugadores que buscaban poco diferente: un diario visual donde Tsuki escapaba del estrés de su trabajo en la ciudad para mudarse a la tranquila Mushroom Village.
La secreto de su éxito
El éxito no fue casual; el repertorio supo conectar con las evacuación de la audiencia. En plena era del agotamiento digital, muchos encontramos en Tsuki poco así como un pequeño refugio. Con La Odisea de Tsuki, el estudio fue un paso más allá: lo que antiguamente era un simulador pasivo ahora se transformaba en una experiencia mucho más interactiva.
El tahúr puede ornar la casa de Tsuki, acoger zanahorias (que son la moneda del repertorio), charlar con otros personajes, pescar, acertar cartas e incluso saludar nuevas áreas del atlas. Sin retención, sigue siendo un repertorio tranquilo donde todo ocurre a su ritmo y donde gran parte del encanto está en ver cómo la vida pasa… sin tener que hacer ausencia.

¿Por qué un repertorio tan minimalista logra conectar con millones de personas? La secreto está en el contexto. En plena era de la hiperconexión, los juegos móviles suelen pedir atención constante: recompensas cada pocas horas, eventos limitados, presión para subir de nivel o competir con otros usuarios. En cambio, Tsuki simplemente vive. A veces está leyendo, a veces toma un té con su amigo Zoquete el oso panda, otras duerme. Si no entras al repertorio en horas, no pasa ausencia. La vida continúa. Y cuando vuelves, siempre hay poco nuevo que descubrir.
Cuando vi por primera vez cómo era Tsuki’s Odyssey, no pude resistirme; descargué el repertorio inmediatamente y me puse a divertirse sin mirar el temporalizador. A los cinco días tenía una casa preciosa decorada de la vanguardia a los pies y estaba enganchadísima a las pequeñas aventuras rurales de este conejito. Examinar cada día la tienda de Yori, charlar con la gruñona de Elfie, ver dónde se ha metido Dawn… cuántisimas ganas de retornar a entrar el repertorio para ver qué hay de nuevo.
A diferencia de otros títulos, La Odisea de Tsuki no exige al tahúr estar irresoluto constantemente ni le premio con logros o puntos. De hecho, gran parte del repertorio ocurre mientras no estás jugando. Cuando vuelves, puedes ver lo que ha hecho Tsuki: ha pescado, ha ido al mercado, ha escrito en su diario… o simplemente se ha sentado a mirar la cristalera.


Entre lo zen y lo existencial
Tsuki’s Odyssey nos cuenta el alucinación de este entrañable conejo, que deja antes el ajetreo urbano para regresar a su pueblo oriundo, donde descubrirá que le han robado todo menos su pequeño cultivo de zanahorias. Allí le dilación una vida mucho más tranquila, rodeada de naturaleza, pequeños rituales cotidianos y personajes peculiares que lo acompañan en su nueva rutina.
Aunque a simple tino parece un repertorio encantador para tener lugar el rato, esconde más profundidad de la que aparenta (suele ser global en los cozy game) El alucinación de Tsuki al pueblo no es solo físico: es un replanteamiento de su vida, una fuga del estrés urbano y un regreso a lo esencial. El repertorio plantea, con un tono rápido, preguntas sobre el sentido que tiene la rutina, la placer y la conexión con los demás. En su diario, Tsuki reflexiona sobre la soledad, el valía del tiempo o la belleza de lo frecuente. Es un repertorio que te hace reír —los diálogos son congruo buenos—pero todavía te deja pensando en tus propias decisiones vitales.
El repertorio no necesita grandes tramas para emocionar
Muchos jugadores han compartido en redes sociales cómo les ha ayudado en momentos de ansiedad o tristeza. Para algunos, ver a Tsuki paseando en bici entre campos de flores es una pequeña terapia. Para otros, su melancolía —con esa mezcla de ternura y soledad— genera una conexión emocional difícil de explicar. El repertorio no necesita grandes tramas para emocionar: en sus cartas, en las conversaciones con los vecinos, se esconde poco profundamente humano.
Reconozco que esa melancolía de Tsuki y de algunos personajes como Rosemary me ha dejado más de una vez pensando y replanteándome alguna cosa de la vida. Me acuerdo una vez en que la insuficiente Rosemary dijo poco así como «si simplemente pudiera cerrar los luceros y desaparecer…». Un personaje que, con anterioridad parece super alegre y atinado con su pequeña floristería, esconde sentimientos muy distintos a los que proyecta. ¿Cuánta gentío hay así, sufriendo en silencio? Desde luego, Tsuki te enseña muchas cosas.


Una estética que acaricia los sentidos
Uno de los principios más característicos del repertorio es su estilo manifiesto, y como ya os he dicho antiguamente fue lo que me hizo descargar el repertorio: dibujos suaves, colores pastel. Aunque claramente hay una enorme influencia japonesa —con sus referencias a lo zen, al bosque, al té, a los festivales y al folklore rural—, todavía hay un enfoque universal en los temas que toca: la rutina, la amistad, el hogar, la búsqueda de un sentido. Todo esto hace que Tsuki trascienda culturas y edades.
El impacto de La Odisea de Tsuki subió como la espuma gracias a TikTok y otras redes sociales como Twitter, donde los jugadores comenzaron a compartir momentos del repertorio, teorías sobre los personajes y consejos de ornamento. Se hizo especialmente insigne en Argentina y, a partir de ahí, saltó el océano para conquistar los corazones de todo el notorio internacional. Parte de ese esplendor virulento morapio motivado por su novelística fragmentada: algunos eventos ocurren solo en días concretos, a ciertas horas, y pueden cambiar dependiendo de los objetos que tengas en casa o de tus elecciones. Eso ha entregado pie a que los fans se junten en foros y redes para canjear información y descubrir todos los secretos ocultos.
Las actualizaciones: más que contenido, expansión emocional
A lo espacioso de los abriles, HyperBeard ha osado múltiples actualizaciones que amplían el mundo de Tsuki. Eventos especiales como festivales de verano, celebraciones invernales o la misteriosa turista de un viajero ambulante son algunos ejemplos de cómo HyperBeard sigue introduciendo contenido temporal sin romper el ritmo universal del repertorio. Las actualizaciones suelen incluir nuevos objetos para ornar, nuevas interacciones y a veces incluso zonas completamente nuevas para explorar.

El propio personaje de Tsuki todavía evoluciona. Su forma de comportarse cambia según cómo decoras su hogar, qué objetos tiene cerca o qué relaciones desarrolla con otros personajes. A lo espacioso del tiempo, este repertorio se ha convertido en un símbolo del «slow gaming», una tendencia que defiende juegos más pausados que, aunque para alguno pueda resultar fastidiado, para muchos es una maravilla.
La filosofía detrás del conejo
Detrás del tono relajado de La Odie de Tsuki hay una intención muy clara: ofrecer consuelo en forma de videojuego. Así lo han explicado en varias ocasiones sus autores. HyperBeard tenía claro desde el principio que querían crear un espacio seguro y atinado… y lo han conseguido.
El equipo mexicano lleva abriles explorando nuevas formas de conectar con las emociones a través del formato idle, y Tsuki fue su longevo puntería. Esta filosofía ha calado especialmente entre una audiencia que examen juegos como forma de desconexión y autocuidadono solo entretenimiento. Y eso es lo que hace que títulos como Tsuki duren más en el corazón de los jugadores.


En un mercado saturado de juegos móviles similares, la historia de La Odisea de Tsuki demuestra que todavía hay espacio para propuestas originales, incluso si no siguen las fórmulas más rentables. Y es que, a pesar de contar con micropagos (la tienda permite comprar zanahorias o artículos especiales), el repertorio puede disfrutarse sin desembolsar un euro, lo que a día de hoy es cada vez más difícil de encontrar. Muchos usuarios valoran esa honestidad y agradecen que el repertorio no penalice a los jugadores gratuitos que, como yo, son muchos.
Esa capacidad de permanecer relevante sin ser ruidoso es uno de los mayores logros del repertorio
En las redes sociales abundan los fanarts, las ilustraciones personalizadas, los memes y hasta los peluches caseros de Tsuki. Hay quienes revisan el repertorio como si fuera un diario visual, otros lo usan como inspiración para crear historias o proyectos artísticos. Tsuki se ha convertido, sin querer, en un icono generacional.
Esa capacidad de permanecer relevante sin ser ruidoso es uno de los mayores logros del repertorio. No necesita recordarte cada día que entres. Al contrario, te da la bienvenida cada vez como si no te hubieras ido. Y en un mundo tan cambiante como en el que vivimos, eso tiene más valía del que parece. Así, mientras la mayoría de los juegos móviles corren tras la atención del favorecido, Tsuki simplemente le dilación. Y al hacerlo, logra poco mágico: que seas tú quien quiera retornar. No por obligación, sino por cariño.
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