de crear videojuegos en los 90 a cerrar tratos de 100.000 millones de euros con Google

Quizás su nombre no te suene, pero Demis Hassabis es una de las figuras más influyentes de la historia de la inteligencia industrial. El CEO de DeepMind, un sajón de 47 abriles, fundó dicha empresa en el año 2010 con la intención de crear algoritmos de formación automáticos cada vez más complejos basados en IA. Tal fue su impacto que, cuatro abriles a posteriori, Google cerró la transacción de la empresa que fundó. Sin retención, lo más provocativo no es eso, sino su particular pasado: estuvo mezclado al mundo de los videojuegos.

Como señala Punto de tecnologíaHassabis está detrás de un posible acuerdo de más de 100.000 millones de euros. Al parecer, esta es la cantidad que querría cambiar Google en la creación de un superordenador similar a Stargate, el tesina más angurriento de Microsoft. No obstante, aunque la carrera de Hassabis en el mundo de la inteligencia industrial ha sido meteórica, ahora que está a punto de conseguir un hito tecnológico sin precedentes muchos se han sensato de sus primeros días bajo la vara de Peter Molyneux.

Trabajó en Black & White y fundó su propia compañía

Así, muchos antaño de enrolarse en las posibilidades de la IA, Hassabis diseñó niveles y programó algoritmos de inteligencia industrial para videojuegos como Sindicato, Parque temático O Blanco y fritouno de los simuladores más recordados por los jugadores de PC. Sin retención, la afán de Hassabis y sus ganas de crecer le llevaron a fundar Elixir Studios, una desarrolladora que estuvo detrás de lanzamientos como Republic: The Revolution y Evil Genius.

No obstante, Hassabis se desligó del mundo de los videojuegos hace más de una período cuando fundó DeepMind, la prometedora compañía de inteligencia industrial que despertó el interés de Google. Hoy, catorce abriles a posteriori, está a punto de acaecer a la historia como el «culpable» de una inversión de 100.000 millones de euros que buscará convertir a Google en el adalid de la inteligencia industrial. Y todo ello, sorprendentemente, tras acaecer comenzado su singladura en el mundo de los videojuegos.

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