Si hay poco de lo que van sobrados los X-Men es de enemigos: los odian los súper-villanos, los odian otros mutantes, muchos son odiados por los humanos y hasta han llegado a carearse con los buenos en más de una ocasión por diferencias casi irreconciliables. Sin confiscación, lo del Club Fuego Infernal es un caso separadamente. En parte por su compleja trayectoria, pero todavía por cómo de forma indirecta éstos se basan en Los Vengadores. Ojo, no los Vengadores de los cómics y las películas, sino los de la televisión británica del mismo nombre.
Pese a que la primera aparición de Los Vengadores, los de Stan Lee, se remonta a verano de 1963, dos abriles abriles antaño se empezó a emitir en el Reino Unido la serie de Los Vengadores (todavía The Avengers en inglés) protagonizada por un secreto de la Inteligencia Británica llamado John Steed y otras agentes con capacidades especiales para misiones insólitas que, en según que casos, rozaban la ciencia ficción. Coexistiendo, por cierto, con los cómics de que Marvel producía al otro costado del Atlántico.
Aquella ficción durará 161 episodios de casi una hora y, ya en 1998, se hará incluso una película indicación los Vengadores con un reparto principal de postín liderado por Ralph Fiennes como John Steed, Uma Thurman como Emma Peel y con Sean Connery como detractor. ¿Y qué tiene que ver todo esto con Marvel Comics, los X-Men y los mutantes del Hellfire Club?
El primer cómic en el que apareció el Club Fuego Infernal fue en el Uncanny X-Men vol. 1 #129 (enero de 1980), de la mano de Chris Claremont y John Byrne. La inspiración del mismo se basaba en una sociedad existente que existía y, adicionalmente, en un episodio de la serie británica The Avengers titulado «A Touch of Brimstone» de 1966 en el que John Steed y Emma Peel intentan infiltrarse una sociedad que, por cierto, todavía se fogata el Club del Fuego Infernal. Y aquí la cosa se empieza a poner interesante:
A la hora de imaginar a el Club Fuego Infernal, el de los cómics de Marvel, Chris Claremont y John Byrne no solo toman prestados algunos principios del episodio de Los Vengadores, sino todavía la apariencia de sus miembros, de modo que el atuendo que usó Emma Peel, con corsé incluido, pasará a cambiarse de color y será la saco para la Reina Blanca, todavía conocida como Emma Frost. Pero es que su apariencia todavía se podio en el de la actriz Diana Rigg.
Y ahí no acaba la cosa: el actor Peter Wyngarde todavía fue llevado al cómic con el mismo aspecto, patronímico y nuevas habilidades, aunque con otro nombre: en Marvel se lo conoce como Jason Wyngarde. O Mente Maestra, si lo prefieres. ¿Y qué pasa con el resto?
Como puedes ver en la imagen superior, en el hilo de Comicbookhistorian, toda coincidencia no es casual: el personaje de Sebastian Shaw se basó en el actor Robert Shaw, Donald Pierce es un calco de Donald Sutherland con relato a su personaje llamado Pierce de M*A*S*H* y ojo, que pese a que el aspecto de Harry Leland delata que es Orson Welles, su nombre tiene truco: dada la popularidad del actor se combinaron los nombres de los personajes de Acosigar Lime en El Tercer Hombre y el periodista Jed Leland De Ciudadano Kane.
Las referencias a Los Vengadores de la televisión británica del no acabaron aquí, que conste: más allá del Hellfire Club flamante conoceremos a los personajes de Sir Patrick y Lady Diana que evocan a los actores Patrick Macnee y Diana Rigg, que interpretaron respectivamente a John Steed y Emma Peel; pero es que al cruzar el charco y desplazarse hasta Londres se revelará que el nombre de la Reina Negra es Emma Steed: el patronímico del primero y el nombre de la segunda.

