Pocas tradiciones hay que me gusten tanto como el Día de Star Wars. Y este año, la celebración no ha podido poner en marcha mejor: con una buena taza de café en mano, enfundado en mi ilustre pijama de Boba Fett, me dejé caer en el sofá para devorar del impulso los nuevos episodios de Star Wars: Crónicas del Submundo. No se me ocurre mejor guisa de rendir homenaje a la galaxia más lejana que con una serie que, sin reinventar la rueda, sabe exactamente qué teclas emocionales tocar en el corazón del fan diestro. Y ahí, acordado ahí, es donde Disney y Lucasfilm, lo han hecho congruo acertadamente.
Un submundo divertido y con mucho futuro
Crónicas del Submundo es la tercera entrega de las Tales, esas pequeñas joyas animadas en formato antológico que nacieron como carta de bienquerencia a los Jedi, siguieron explorando el banda confuso del Imperio y ahora se sumergen en el submundo criminal de la clan. Seis episodios que siguen la huella de esas dos primeras entregas, pero que se atreven a bucear en lo más turbio de la galaxia, con dos historias protagonizadas por Asajj ventress Y Bane caddos de los antihéroes más queridos (y temidos) por los seguidores del canon expandido. Que Disney+ haya decidido abrir esta serie acordado el 4 de mayo, Día de Star Wars, me parece una ruindad brillante. Porque no solo tenemos contenido nuevo para recrearse, sino que adicionalmente es contenido que suma, que aporta, que conecta con tramas ya conocidas y que, quién sabe, quizá esté abriendo el camino a nuevas producciones.

Lo primero que debo opinar es que la serie no se anda con rodeos. Tan pronto como cinco segundos del primer episodio ya sirven para reconciliarse con los fans respecto al regreso de uno de los personajes más queridos de los aficionadosAsajj Ventress. Este personaje, uno de los que más me gustan del llamado Universo Expandido y con una larga historia en las estupendas series de animación de Star Warses la protagonista del primer curvatura formado por los tres primeros capítulos de Crónicas del Submundo en los que se nos hacen guiños constantes a diversas piezas de la mitología de Star Wars, como La Senda, esa estructura secreta dedicada a rescatar a jedis y seres sensibles a la Fuerza que ya vimos en Kenobi.


A parte del cariño que le tengo al personaje de Ventress, este primer curvatura tiene todo lo que me gusta de Star Wars: personajes interesantes, duelos de sables láser, persecuciones y misiones casi suicidas. Sí, Andor mola mucho, pero yo de crío me enamoré de Star Wars por cosas así.
Ventress no está sola en esta nueva aventura. A su banda aparece Lyco, un personaje completamente nuevo que, desde ya, apunta maneras. No solo se convierte en su aprendiz, cerrando de adversidad muchas teorías de los fans sobre su identidadsino que abre un nuevo pericón de posibilidades para el futuro de la animación galáctica. Me encantaría ver una serie completa de estos dos personajes juntos. Hay química, hay pasado, y hay futuro. Una velita le pongo a San Dave Filoni.


Claro, no todo podía ser consumado. El segundo curvatura, centrado en Cad Bane, me ha gustado poco menos. Y eso que, en teoría, tiene todos los ingredientes para ser un noticia sensacional: mafia, película del Oeste espacial, ajustes de cuentas y ese estilo rudo y seco que ha hecho de Bane uno de los villanos favoritos de Star Wars. Tal vez por su historia, que mezcla historias de la mafia al estilo Uno de los Nuestros con el película del Oeste puro y duro me ha parecido mucho más tópico. Con todo, me ha parecido muy interesante cómo sirve para animar la personalidad de un personaje cada vez menos misterioso.
Eso sí, los guiños cinéfilos de estos episodios son una delicia. Si ya sabíamos que Cad Bane está inspirado visualmente en Lee Van Cleef en El Bueno, el Feo y el Malo, estos capítulos tiran de referencias de forma descarada y encantadora. Tenemos a un nuevo personaje, Lazlo, que parece sacado directamente del cartel Averno de Cobardes o El Jinete Pálido, casi un Clint Eastwood esteral. Además hay escenas que remiten a El Tren de las 3:10 de Delmer Daves y, para rizar el rizo, ecos de Entorno Cero, esa maravilla ochentera que no deja de ser un remake espacial de Solo En presencia de el Peligro.


Y cuando se acaban los seis episodios, cuando ya has terminado tu café y te das cuenta de que han pasado dos horas volando, te queda esa agradable sensación de que el Día de Star Wars ha sido, una vez más, distinto. Porque sí, Disney y Lucasfilm hacen muchas cosas mal. Se les va la mano con el marketing, exprimen personajes hasta agotarlos, y han tomado decisiones discutibles tanto en cine como en televisión. Pero cuando lo hacen acertadamente, cuando apuestan por un contenido pensado para el fan de siempre, que respeta el nuncio de George Lucas y lo expande con cuidado, lo hacen efectivamente acertadamente.

Star Wars: Crónicas del Submundo, adicionalmente, te deja un plan sin rodeo para el resto del día: a posteriori de ingerir, ¿por qué no?, retornar a ver alguna de tus pelis favoritas de la clan, o ponerte al día con la Estudiante Temporada 2 Andorque además está de estreno en Disney+.
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