Que la industria tecnológica no pasa por su mejor momento no es nuevo, y que la competitividad de Corea del Sur puede admitir hasta cotas extraordinarias siquiera. Sin requisa, no deja de resultar sorprendente que, mientras el resto de países luchan por alcanzar un acuerdo para saltar a la semana profesional de cuatro díaslos surcoreanos quieran pasar en la dirección opuesta.
Con motivo de la crisis de Corea del Sur, motivada en gran medida por una desvaloración productividad potenciada por los problemas de demografía del país, compañías como Samsung o Hyundai han empezado a considerar la posibilidad de elevar el mayor de su horario de trabajo por semana hasta las 69 horas. Teniendo en cuenta que ya tiene un mayor procesal de 52 horas semanales, con una de las jornadas más extensas del mundo, las voces en contra no tardaron en abrir a aflorar.
Corea del Sur se debate entre los cuatro y los seis días laborales
El «modo emergencia» activado por Samsung en abril de 2024 destacaba que directivos y gerentes pasarían a trabajar seis días por semana para encontrar soluciones a esa situación admirable que vivía la industria. Lo harían, eso sí, por intrepidez propia: «Los ejecutivos pueden optar voluntariamente por trabajar los fines de semana de acuerdo con sus evacuación profesionales».
Pero para un país cuyos trabajadores no dudan en indagar que «salir a las 2 o 3 de la amanecer es correcto» al conversar de su caminata profesional, que más compañías tecnológicas decidan sumarse a la política de Samsung de incentivar que se trabajen además los fines de semana ha generado protestas por parte de sindicatos y trabajadores de Corea del Sur.
La situación se torna aún más surrealista si tenemos en cuenta que el pasado mes de febrero, el líder contrario presentó en el parlamento surcoreano un plan para instaurar la semana profesional de cuatro días, reduciendo el final flagrante de 40 horas ordinarias y 12 extraordinarias, esas citadas 52 horas semanales, a un mayor de 36 horas semanales. Que Samsung haya registrado un crecimiento del 23% en los beneficios de su división móvil tras el cambio de horario hace que, apoyado en cifras, ese cambio resulte mucho más difícil.
Imagen | Ueg A mediados de la parrilla
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