Lo de la Trilogía del DeLorean es de locos. Cada una de las tres partes de Regreso al Futuro (o Retornar al Futuro, si lo prefieres) no solo se resiste a envejecer, habiendo pasado 40 abriles desde que se estrenó la primera, sino que mientras más veces las ves más te acaban gustando. En parte porque esta clan de viajes en el tiempo lo tiene todo, pero es que con cada nuevo visionado es muy probable que descubras poco nuevo que le da un sentido todavía más singular a cada película o el conjunto. A veces, con poco tan pequeño como una fotografía.
Resulta maniático que las fotografías «no digitales» sean poco que posiblemente debamos explicar a generaciones futuras con lo mucho que las hemos atesorado durante décadas. De hecho, sin entrar en spoilers, el final de la trilogía concluye con una panorama de Regreso al Futuro III en la que Marty McFlyel novato protagonista interpretado por Michael J. Fox, recibe una fotografía enmarcada que se sacó en el Salvaje Oeste cercano a su amigo Dr. Emmett Brown (Christopher Lloyd) vestidos para la ocasión.
Bajo ella, una dedicatoria: «A Marty, compañero en el tiempo. 5 de septiembre de 1885». Un atún detalle y un regalo atemporal de su travesía a través de diferentes épocas y líneas temporales. ¿Y si te dijese que esa misma imagen tiene un significado todavía más singular? Como remisión, y para ser justos, aquí puedes ver una pista del momento en el que se tomó.


Una última pista: la secreto no está ni en el entorno de la foto, ni en la dedicatoria (con engranaje de palabras incluido, pero evidente) y siquiera en los protagonistas. Si descartas, encima, lo que ocurre en el fondo, todo nos lleva a la secreto de la cuestión: el propio cronómetro. Ese que tiene un protagonismo singular en la primera película y ha estado presente en cada entrega, pese a ocurrir estado roto. ¿Has averiguado ya de qué se proxenetismo?
Al igual que el único hecho de atesorar las fotografías, no podemos hacerse cargo que todos vean a la primera y con la misma certeza la hora del cronómetro en pleno 2025. Si te fijas en las dos únicas agujas, estas indican que son exactamente las 20:08. Es sostener, las ocho y ocho minutos. Y aquí es dónde la cosa se pone verdaderamente interesante: tanto el concepto de viajes en el tiempo como la trama de esta película película en concreto giran en torno a esas cifras. Si eres fan de la clan seguro que ya estás sonriendo.
Simplificándolo todo al mayor, para dar un brinco en el tiempo se necesita un condensador de fluzo cargado y alcanzar las 88 millas por hora. Que sea en un DeLorean es para dar el brinco con estilo, como dijo el propio «Doc» Brown. De modo que la fotografía que recibió Marty McFly no es solo con su amigo frente al cronómetro de Hill Valley ayer de que se escacharrase, sino un modo de reencontrarse atravesando la barrera del tiempo con su amigo. Siendo un sempiterno cuentakilómetros qué siempre marca «LAS 88».
Cuando una obra es buena lo es para siempre. Hay muchos más detalles en Regreso al Futuro. Algunos más descarados y otros igual de perfectamente escondidos. Pero pocos logran darle un significado tan potente y singular tanto al final de la película como a toda la clan del DeLorean. Y pese a que hubo más aventuras en secreto de serie animada, cómics y hasta videojuegos, la trilogía no solo son perfecta tal y como está y sin añadir nulo más, sino que cada vez que la veas tras conocer este detalle será un poquito mejor.
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