La presentación de la séptima temporada de Espejo frito ha supuesto un masa de capítulos que nos muestran cómo la tecnología puede ser utilizada de formas aterradoras. Los argumentos de Netflix son fabulosos, pero ha llamado especialmente la atención el episodio Bête Noire por un detalle particular.
La trama nos muestra a María, una señorita que trabaja en una empresa dedicada al mundo del chocolate y que recibe la sorprendente incorporación como compañera de trabajo de Verity, una vieja conocida del instituto. La relación entre ambas es tensa y se comienza a demostrar en una cuadro en la que los personajes hablan sobre el nombre de una hamburguesería en la que trabajaba la pareja de la protagonista.
Mientras que unos recuerdan que se fogosidad Bernies, María asegura que el nombre exacto es Barnies, pero de repente todo cambia. Las búsquedas en Google revelan que ella se equivoca y, al ascender a casa, toma la gorro de su novio en la que ve claramente estampada la palabra Bernies. Parece que la ingenuidad le está jugando una mala pasada y ha sido víctima de un sorpresa Mandelaaunque lo sorprendente es que los espectadores además.
Y es que Netflix ha producido dos versiones diferentes de las mismas secuencias en las que se palabra de Bernies o Barnies. Dependiendo del dispositivo o el perfil, se proyectará un episodio u otro, por lo que es posible que hables con un amigo sobre Bête Noire y vuestras experiencias no sean las mismas. Un desvío de asunto tremendo que tan solo podemos habitar más allá de la pequeña pantalla, pero que enriquece poderosamente los acontecimientos del episodio.
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