En 1822, una flecha disparada en África aterrizó en el meta de Alemania. La Teoría del Pájaro en la Espejo terminó con ella

A menudo tendemos a perder la percepción de los saltos que nos han permitido dar la ciencia y la tecnología durante los últimos primaveras. En 1822lo que sabíamos sobre el mundo de los arcos y las flechas era que, incluso en las mejores condiciones y valiéndose de los inventos más retorcidos, la longevo distancia a la que se podía disparar se limitaba a unos 300 metros. Sin confiscación, ese mismo año una flecha disparada en África llegó hasta Europa aterrizando en el meta de Alemania.

No rompió ningún récord porque en efectividad fue fruto de una surrealista casualidad, pero el caso fue lo suficientemente importante como para poner patas en lo alto lo que muchos creían enterarse sobre otro mundo que les rodeaba y que poco o falta tenía que ver con las competiciones de tiro con meta. Hasta ese día y esa flecha, la Teoría de los Pájaros en la Espejo aún era una efectividad.

La flecha africana que llegó hasta Europa

Aunque ya hemos afilado por aquí en más de una ocasión cómo los arcos de la ficción de películas y videojuegos tienen poco que ver con la efectividad a la que se enfrentaron los arqueros de la Perduración Media, incluso a día de hoy la distancia máxima a la que puedes exhalar una flecha con un meta actual está en unos 500 metros. Las condiciones para esa proeza, en cualquier caso, están igual de retorcidas que las que sorprendieron al mundo en 1822: pese a que la flecha se lanzó en África, en efectividad fue una cigüeña la que provocó que aterrizase en la población alemana de Klutz.

Tal y como puede revalorizarse aún a día de hoy en la Colección Zoológica de la Universidad de Rostockel animal que ha pasó a conocerse como la cigüeña flecha tuvo la curiosa fortuna de ser atravesada por una flecha que sólo tocó parte de su piel, dejando virginal cualquier víscera básico y permitiéndole realizar un revoloteo de más de 3.000 kilómetros desde África Central hasta la ciudad alemana donde fue recogida y preservada.

La Edad Media también tuvo a sus propios Vengadores de Marvel. Los llamaban Los Nueve de la Fama

Sin confiscación esta historia no es distinto por la fortuita casualidad de la cigüeña flecha, y poco o falta tiene que ver con los récords de distancia del revoloteo de una flecha. Si aquél animal cambió nuestra percepción del mundo que nos rodeaba fue porque, por aquél entonces, aún existía la conocida como la Teoría de los Pájaros en la Espejo.

A grandes rasgos, era la explicación a por qué los pájaros desaparecían. La teoría del irrefutable Charles Morton estaba allí de ser una de las más descabelladas de una época en la que la vida de los pájaros era todo un ocultación. De hecho, gran parte de las transformaciones a las que hacemos narración en la ciencia ficción, con brujas convirtiéndose en gatos y druidas transformándose en bestias, además vienen de ahí.

La Teoría de los Pájaros en la Espejo

Desde la pasado, la dificultad a la hora de alzar el revoloteo y seguir el curso de las aves migratorias para descubrir dónde ánimo iban derivó en una colección de teorías de todos los gustos y colores. El propio Aristóteles aseguraba que los pájaros hibernaban como los osos y por eso desaparecían en los meses más fríos. Y los que no hacían eso, probablemente se transformaban en otros animales durante el invierno.

Los gansos, sin ir más allí, nacían de árboles y volvían a elloslo que explicaba que algunas regiones lo consumiesen en Pascua porque «no era carne». Las golondrinas, en cambio, se unían en grandes bandadas que se estrellaban con fuerza contra los límites de los ríos para convertirse en el granito que hay en el fondo de ellos. Conocido así, que un profesor asegurase en 1703 que en efectividad los pájaros se iban a la Espejo estaba allí de ser una opción descabellada.

Hemos comparado cuánto dinero te hacía multimillonario en la Edad Media con todo lo que puedes ganar en Kingdom Come 2: la diferencia es abismal

Aprovechando lo que sabíamos por aquél entonces de la distancia entre la Tierra y el comparsa, Morton calculó la velocidad y el tiempo que tardarían en realizar el alucinación -60 días a 200 kilómetros por hora-, pero sin resistor de canción y valiéndose de la obesidad acumulada durante el año, las cifras podían aparecer a variar. No puede negársele que pensó en todo, pero lo importante es que aquella teoría explicaba, por fin, por qué los pájaros desaparecían por completo valiéndose de la ciencia.

Por fortuna, la cigüeña flecha cambió por completo aquella perspectiva. El animal fue la esencia para entender que, lo que los ornitólogos venían apuntando desde hacía tiempo, que algunos pájaros simplemente viajaban en rebusca de lugares más cálidos, era una idea mucho más plausible que el hecho de delirar hasta la Espejo. Entender que hasta hace tan pronto como 200 primaveras había dudas sobre esa efectividad hace mucho más posible comprender hoy la nuestra.

Imagen | Gamestar

En 3DJuegos | Si crees que puedes delirar en el tiempo y destruir el Imperio Romano con un batallón presente, tengo poco que decirte: no será posible

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *