Hay concurrencia que está totalmente convencida de que todo pasa por poco y que ciertas personas llegan a tu vida en el momento indicado. Otras no. Yo opino lo mismo sobre los videojuegos. Creo de todo corazón que algunos están destinados a resistir en el momento indicado, ya sea porque los necesitas de forma genuina y/o porque estás predispuesto a todo lo que tiene que ofrecer. Y suelen marcarte.
Descubrí el universo de Andrzej Sapkowski con The Witcher 3: Wild Hunt y es uno de mis videojuegos favoritos de la historia desde entonces. Y aunque mi experiencia más fresco no puede compararse a poco tan destacado, estoy totalmente convencido de que estaba destinado a resistir en este momento. Te hablo de Immortals Fenyx Rising de 2020.
Un delirio de orígenes a la Grecia Antigua
El pasado fin de semana decidí echar la clarividencia a espaldas. Acabé totalmente mosqueado de Assassin’s Creed Shadows (+150 horas), los servidores de Ciudadano sino andan muy regular desde la última modernización y Monster Hunter Wilds no ha terminado de cuajar… al menos ahora, veremos en el futuro. No es mal momento para hacerlo más a menudo, teniendo en cuenta la tendencia de la industria de aumentar el precio de absolutamente todo con Nintendo y PlayStation a la inicio. Recordé que hace poco compré la estampación completa de Inmortal Fenyx Rising.
Estoy muy sorprendido con el primo porvenir y ininteligible de The Legend of Zelda: Breath of the Wild. La aventura de Nintendo no me convenció, abandoné a posteriori de 10 horas y completar la bestia divina del elefante, así que imaginé un tablado similar con la obra de Ubisoft. Me equivoqué, obvio, y he mantenido al error a lo derrochador de cinco abriles.
He jugado poco más de 10 horas a Inmortal Fenyx Rising y admito que estoy muy enamorado con lo conocido hasta ahora. Me encanta la ambientación, el apartado estético tan colorido y vivo, y el tono de humor. De hecho, la voz de Zeus en gachupin es Salvador Serrano y no puedo evitar pensar en Marcus Kincaid de Borderlands 3 cada vez que abre la boca… que no son pocas veces porque va comentando tu historia mientras que es narrada por Prometeo.
El descanso me transmite mucha calma y ganas de jugarlo a mi ritmo hasta completarlo al 100%. Ya he libre a Afrodita y estoy a medio camino de hacer lo mismo con Atenea. Asimismo he derrotado a Aquiles, que tiene un ataque (brinco y lanzazo) que creo hace narración y/o está inspirado en la traducción de Brad Pitt de Troya de 2004. Por otro costado, el combate me parece lo suficiente desafiante para surtir mi cerebro encendido, pero no lo conveniente para que me incline en la apero. Aunque lo que más estoy haciendo es explorar y sacar fotografías.
Lo más importante de Inmortal Fenyx Rising es que me ha devuelto poco que perdí con los abriles: mi apego por la Grecia Antigua, desde su inmueble hasta mitología. Fue poco que descubrí con Jehová de la pleito (otra odisea que ha traumatizado mi vida) hace tantos abriles y que me llevó a estudiar Historia del Arte en Bachillerato y hasta la carrera de Filosofía… aunque luego todo se torciese.
La exploración de la Isla Áurea está siendo una aventura en sí misma porque absolutamente todo está relacionado con la mitología griega. Hace días que la bombilla del conmemoración, esa que se enciende cuando descubres que recuerdas cosas que ni siquiera sabías que seguían en tu inicio, no para de ruborizarse. No sé cómo demonios conmemoración nociones arquitectónicos como los tipos de columnas y conceptos muy concretos que estudié tanto en Heleno (idioma) y Filosofía. No daba tanto uso a mis estudios desde Assassin’s Creed Odyssey de 2018.


Creo que es pronto para fallar Inmortal Fenyx Rising (me está encantando más de lo que admito), pero sin duda estaba destinado a resistir a mi vida en este preciso momento… cinco abriles a posteriori de su divulgación. Siquiera estoy diciendo que sea la providencia, seguro que me habría entrado admisiblemente en otro momento, pero no tanto como ahora. Ese es el punto que quiero combinar. Porque no solo ha entrado admisiblemente, sino que se ha convertido en poco exclusivo. Mi experiencia va más allá del videojuego. Significa poco más. En este caso, el refriega con una parte de mi vida que estaba perdida en el frangollo que es mi cajón de los saludos.
En VidaExtra | Immortals Fenyx Rising: Un Nuevo Jehová, una razón más para rendirse a la mejor aventura que ha hecho Ubisoft en mucho tiempo
En VidaExtra | Immortals Fenyx Rising cambia los dioses griegos por los chinos en una aventura con más novedades y horas de las que esperaba
En VidaExtra | Los Dioses Perdidos es la fruta escarchada de Immortals Fenyx Rising: pretende hacer un pastel más apetecible, pero sólo lo estropea
