Aunque la crítica no la haya acompañado, creo que nadie se ha sorprendido al ver que Una película de Minecraft se ha convertido, con permiso de Ne zha 2en la cinta con longevo cuestación en lo que llevamos de año. Sin secuestro, esta cuestación está causando estragos en diversos cines, ensuciando las salas como nunca antiguamente se había trillado y dejando momentos de lo más bizarros, en los que incluso la policía ha tenido que intervenir.
Es por ello que Warner, para evitar más problemas, ha decidido utilizar su mejor carta: aceptar a Jack Black a las salas de cine para pedir a los espectadores que, aunque se vuelvan locos con diversas escenas de la película, sean responsables y no tiren palomitas o comida al suelo.

«No tiréis palomitas ni os metáis en problemas. ¡Soy Steve!», exclamaba Black mientras los espectadores del cine no se creían que el protagonista de la película que estaban a punto de ver estuviera en la sala para persistir la calma en un notorio demasiado entregado a la cinta de Warner.
Pocas veces se ha trillado la excentricidad que ha desencadenado esta película en cines. Alimentados por los memes y el furor del descanso en internet, la cinta ha provocado que una marabunta de espectadores haya vuelto virulento la película que, críticas separado, ha encantado al notorio que de verdad esperaba esta cinta: los más jóvenes.
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