Final Fantasy III se estrenó en 1990 para suponer el alfiler de la NES japonesa, con innovaciones muy importantes para la clan de Square Enix.
La clan Final Fantasy cuenta con varias décadas de decadencia, y a pesar de que muchos tenemos claro cuáles son nuestros favoritos, no hay que perder nunca de instinto a los clásicos. Los primeros títulos de la serie marcaron el camino a seguir por las entregas futuras, suponiendo encima entregas muy valientes que lograron brindar camino al RPG japonés. Final Fantasy III es uno de esos videojuegos, y cumple falta y falta menos que 35 primaveras desde su estreno flamante para Famicom (NES japonesa).
Eran otros tiempos, y hoy sorprendería conocer que un charnela de este calibre no saliera de Japón, pero así ocurrió… El productos rolero estaba especialmente establecido en el país uruguayo, y en Square no tenían demasiadas expectativas en que fuera a triunfar en Poniente por aquel entonces. El caso es que tuvimos que esperar congruo para disfrutarlo (hasta el año 2006), pero mereció la pena, porque encima nos llegó en un remake congruo trabajado para Nintendo DS.
El Final Fantasy que exprimió la NES japonesa
Aún así, el charnela flamante para Famicom fue un éxito donado su acotado mercado, con más de un millón de copias vendidas. Por aquel entonces nombres como Hironobu Sakaguchi (director), Yoshitaka amano (diseñador de personajes) o Nobuo uemontsu (compositor musical) no eran tan conocidos, pero ya apuntaban maneras con su increíble talento. Todavía trabajadores tan talentosos como Nasirun programador que por aquel entonces era considerado un auténtico fuera de serie.
El equipo había crecido con respecto a anteriores títulos, pero no demasiado. Era una época en que lo más global era hacer juegos en una pequeña sala, y en este caso la producción tan pronto como alcanzó una decena de personas. No obstante, esto sirvió para erigir un charnela que exprimía las capacidades técnicas de Famicom, adaptado en un momento en que Super Famicom estaba a pocos meses de aparecer en Japón. Existía un brinco de calidad en todo lo que se refería a sprites, animaciones y calidad musical.
El charnela se mantenía fiel a la propuesta flamante de los anteriores juegos, con un esquema JRPG basado en batallas aleatorias y por turnos. Los puntos de experiencia regresaban, así como los puntos de daño, que ahora se mostraban de una forma más dinámica. Pero el gran cambio morapio con hacer los trabajos pudieran cambiarse en cualquier momento de la partida, una característica que sería revolucionaria para la franquicia (y que a partir de entonces se mantendría en futuras entregas).
Los trabajos se hacían al mismo tiempo más complejos, proponiendo distintos tipos de armas, armaduras y acciones para cada tipo de mecanismo. Por ejemplo, el mangante podía usar la hecho de «robar» mientras que el bardo podía cantar, asustar a los enemigos y hasta animar al equipo. Contábamos con más de 20 trabajos a escogerlo cual hacía que la jugabilidad experimentase un brinco de variedad y profundidad táctico-estratégica con respecto a Final Fantasy Y Final Fantasy II.
Adicionalmente, ciertos trabajos tenían la oportunidad de usar las invocacionesque se estrenaron equitativamente en este videojuego. Podíamos ver las primeras versiones de Odin, Ifrit, Titan, Leviathan, Bahamut, Shiva… En definitiva, nombres que os sonarán de poco si habéis jugado a la serie. Luego Ffiii incluso destacó por ofrecer una exploración potenciada, gracias a un carta del mundo efectivamente extenso que podíamos sobrevolar con un barco para habitar una gran osadía de movimiento.
En el plano narrativo incluso suponía una crecimiento. Ahora el rama empezaba a lograr una veterano personalidad, con algunos giros argumentales que supondrían la antesala de lo que significaría la novelística de Final Fantasy en primaveras posteriores. El argumento no se distanciaba, no obstante, de lo que se nos había contado en FF Y FF2estafa cuatro huérfanos convertidos en guerreros de la luz en rebusca del poder de los cristales para vencer a la oscuridad.
Final Fantasy III fue arrojado de forma flamante en una traducción Pixel Remaster (para PC, consolas y dispositivos móviles) que supone actualmente la mejor forma de redescubrir este clásico del año 1990. Un título único que contribuyó fuertemente a dar forma a la clan de Square Enixy que ahora te toca a ti decirnos qué significó y si lo llegaste a entretenerse. ¿Crees que fue uno de los mejores o más importantes títulos de la franquicia?
